Bien seas parte del consejo de administración, administrador único, gerente o accionista mayoritario o minoritario, la realización de la asamblea debe ser prioridad. ¡Conoce por qué!
Incluso si el acta de asamblea no fuera obligatoria (que recordemos que la Ley General de Sociedades Mercantiles y seguramente tus propios Estatutos Sociales así lo indican), sería altamente recomendable realizar la asamblea pertinente. Esto se debe a que en la asamblea de socios y accionistas se discuten:
Estados financieros de ejercicios fiscales anteriores.
Análisis de utilidades o pérdidas.
Discusión del próximo presupuesto anual.
Modificaciones en el consejo de administración.
Otorgamiento o revocación de poderes.
Entre otros.
Como podrás notar, en dicha reunión se tocan puntos críticos de gran importancia para todo aquel con altos intereses dentro de una empresa. Es importante recalcar que si el consejo de administración no convoca a asamblea por más de dos ejercicios, cualquier accionista (por más minoritario que sea) puede convocar a una asamblea para remover a los administradores de sus cargos.
Más allá de su obligatoriedad, un acta de asamblea es una herramienta sumamente útil para mantener un orden dentro de la empresa ya que permite evaluar las decisiones pasadas, registrar la toma de decisiones presente y dejar una evidencia para el futuro. El análisis de las actas de asamblea permite conocer el rumbo que la sociedad ha tomado hasta ahora, así como el camino que está eligiendo para el mañana.
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